El porvenir, la Alegoría de la caverna de Platón

El porvenir de Mia Hansen-Løve es una historia que demuestra por medio de su personaje principal, Nathalie (Isabelle Huppert), que la vida en su connotación más otoñal puede resultar muy esperanzadora, aún cuando no tengas a nadie con quien compartirla.



Sin duda la realizadora de 36 años se desborda en creatividad si de plasmar la vida real se trata. En 2014 en "Eden", nos platica la historia de un joven que no sabe cuándo ni cómo avanzar de una etapa de la vida a otra. Plasmando un estancamiento generacional que sucede mucho en nuestra época con ciertas generaciones de jóvenes que se ven encasillados por sí mismos en una forma de pensar que no los deja madurar y dar el siguiente paso.

Ahora en "L' avenir", nos muestra todo lo contrario. Nathalie, interpretado magistralmente por Isabelle Huppert, es una mujer madura, que ya encontró su camino en la vida hace mucho, se casó con el hombre que quiso, educó a su manera a dos hijos y profesó los ideales políticos que ella creían eran los correctos. Sin embargo, ahora que tiene todo solucionado inicia un proceso de aceptación y reorganización al sufrir algunos cambios dentro de su familia, al perder a su madre de la que se hacía cargo y al irse sus hijos para hacer vida propia. Ella encuentra la oportunidad de crecer y de tener una libertad como nunca antes.



La directora escribe un personaje basado un poco en su propia madre y experiencia personal, sin llegar a ser autobiográfica. Retoma algunos pasajes de su propia familia para darle forma a la historia central y al personaje de Nathalie, pero sólo es como un recurso de mera inspiración. Sin embargo, logra transmitir una naturalidad en su guión que reafirma mucho el sello que la caracteriza, con recursos de luz muy naturales, tomas sostenidas que generan que sus actores vivan el personaje en cada escena y logrando una conexión con el espectador que muy pocos directores logran.



En la "Alegoría de la caverna" escrita por el filósofo griego Platón, se plasma, a mi opinión como los jóvenes somos como esos esclavos confinados a ver una sola pared donde se reflejan sombras como resultado de una hoguera, lo cual, refiero a nuestras experiencias de nuestra corta edad y que tomamos como la verdad absoluta y cuando alguien con mucha más experiencia (alguien que ya salió de esa caverna) nos cuenta como es afuera (su larga experiencia en la vida) lo tomamos como locura y exageración, al punto de pensar que están fuera de sí mismos. La joven directora, entiende a la perfección (en mi comparación filosófica) a esa persona que ya salió de la cueva y que ha vivido con los horizontes más amplíos que los que se encuentran aún encadenados de sus pies y cuello sin conocer más verdad que la que ellos pueden apreciar y con base a eso basar su verdad absoluta.



Logra mostrarnos a manera casi profética lo que significa la vida después de las experiencias de todo un camino, después de haber realizado prácticamente todo lo que se planeaba hacer y que se veía como un futuro distante. Sirve de reflejo adelantado para darnos cuenta que la vida es más que lo que se vive en este momento, lo cual resulta aterrador y esperanzador al mismo tiempo. Hansen-Løve logra comunicar perfectamente esa visión a través de Huppert, en un personaje que de momento no puede aceptar todo el cambio de golpe, pero que asimiliado, lo abraza y sigue caminando. ¡Ta cual debería de ser la vida diaria!


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